martes, febrero 21, 2006

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Opinión: Nunca digas nunca Hamas

¿Por qué el Presidente ruso Vladimir Putin ha decidido recibir a Hamas, mientras la Unión Europea (UE) y Estados Unidos repiten el conocido santo y seña de que no se puede negociar con el terror? El primer ministro británico, Tony Blair, sin embargo, negoció con el IRA, y nadie se rasgó por ello las vestiduras. Moscú, por añadidura, no tiene nada que temer. A diferencia de Europa y EE.UU., no ha incluido al movimiento en la lista de organizaciones terroristas. Putin pretende reinsertar a su país allí donde solía: Europa del Este, Asia Central y Oriente Próximo. Hamas tiene hoy el mandato popular más genuino y democrático, conseguido en los comicios legislativos del 25 de enero, de todo el mundo árabe.Palestina ha votado por mayoría absoluta que sea Hamas y no Al Fatah quien represente sus intereses. ¿Quiere eso decir que el pueblo palestino ha votado para que se destruya a Israel? Ellos saben que eso es imposible. Hamas ha sido elegido sobre todo porque la política de Yasser Arafat y la de su sucesor, Mahmoud Abbas, ha fracasado. Era una política basada en la esperanza ilusoria de que Washington persuadiría a Israel de que aceptara una paz generosa. Ante la imposibilidad de derrotar por las armas o de convencer en la negociación a Israel, Arafat pensaba que esa sería la solución. La ruina de ese proyecto, al que el Presidente Bill Clinton prestó toda la atención para asegurarse de que Israel se hallaba siempre en ventaja, y su sucesor, George W. Bush, ha llevado a la única alternativa que no estaba manchada por la corrupción, y que mientras el gobierno palestino imploraba a EE.UU. la limosna de su atención, defendía lo que percibía que eran sus intereses. Y es el refugiado palestino, el que llena Cisjordania y abarrota Gaza, quien, sintiéndose abandonado por Al Fatah, se ha vuelto hacia Hamas. No es un voto islamócrata. Hamás no va a renunciar a la violencia en el momento en que se ve recompensado electoralmente por ella. Y para que olvide la utópica jaculatoria de la destrucción de Israel habría que hacer concesiones que ningún gobierno admitiría, muy al contrario, tanto EE.UU. como Israel parece que idean cercos, estrangulamientos y boicots para que el pueblo palestino se arrepienta de haber votado así. En cambio, la UE y Putin quieren saber qué piensa Hamas.

Por Miguel Angel Bastenier. Extracto de la columna de este analista del diario español El País.

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