domingo, octubre 02, 2005

¿Me arrendé o me vendí?

Subiendo por Simón Bolivar, a la altura de la famosa pizza Wallo's, se ilumina un cartel de la primera película de A. Fuguet, Se Arrienda. Ante un fondo blanco se distingue la silueta de un Cruz-Coke que claramente se está afirmando la frente y las ideas a la par que se lee: "dijiste que nunca te casarías por la iglesia", Se Arrienda, 6 de Octubre.

Hacía frío. De un carrete X me fui caminando, porque estaba más o menos cerca -menos cerca de lo que pensaba. Iba con la mirada al suelo, pensando -lo que hace uno cuando se da cuenta que faltan varias cuadras más de las pensadas-, escuchando un mensaje de mi mujer que está en sitio arquelógico de la V Región: "estoy bien, sabes que te amo..." Termino de escuchar, levanto la vista y me ilumina los ojos: "dijiste que nunca te casarías por la iglesia". Lo dije alguna vez. Pero lo hice. Lo hicimos.

"Dijiste que nunca usarías corbata". La uso de vez en cuando. Se Arrienda parece la conciencia de lo que pensamos -los que fuimos jóvenes, aunque hay algunos más viejos que yo- era la fórmula de no perder la impulsiva necesidad de destruir para crear: pero nades en contra de la corriente o a favor de ella, en ambas direcciones se encuentra una orilla con significado.

No hay comentarios.: