lunes, julio 18, 2005

Herejes hipócritas y Cristianos arrepentidos: cuentos y teologías (Óscar Helling, editorial SFB, 2005)

A.D.


Ya todos sabemos que al séptimo día, Dios descansó. PERO cuando despertó, se dio cuenta que no había terminado. Se puso sus pantuflas, las nuevas, las que los Ángeles le habían regalado para El Festejo de la Eternidad. Bajó de la cama. Un Secretario se acercó.
-Que repitan los siete días.
-¿La Creación?
-No. La Semana. Así como hice el Mar, lo mismo.
-Entiendo -dijo el secretario y se retiró.
Dios se acercó a la ventana. Apreció el Sol que giraba en torno al Mundo.
-El dilema de crear al Hombre es hacerle ver que he dado alma a su vida para que exista en el Paraíso, para que aprecie el Paraíso, para que lo proteja; pues sé que el Hombre siempre se sentirá expulsado del Paraíso, lugar del que no los he expulsado, sino que lo he creado para que vivan en él. Pero se han empeñado en creer que viven para que les otorgue la Eternidad... La Eternidad siempre ha existido... lo que vale es la Vida misma, aquello por lo que tuvimos que Luchar...
El secretario le trajo un café. Dios se puso a trabajar mientras disfrutaba el olor del grano de café crecido en las tierras de Colombia.

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