lunes, julio 25, 2005

El abuelo dadá conoce a su nieto tween.

-Mientras duermes, suceden cosas. Imagina un mundo debajo de tu mundo, un mundo ínfimo, pero muy claro en cómo funciona. Dime, en verano cuando hay tantas moscas, ¿dónde van a parar repentinamente? ¿Te las encuentras muertas, lacias las alas, en mitad de tu pieza? No, no, no... hay un mundo mientras duermes y suceden cosas.

-En internet, abuelo, he leído que las moscas...

-¡Pero chiquillo! ¡Qué haces! ¿Quieres que internet Googlice el mundo? ¿El mundo ínfimo y misterioso?

-Perdón, abuelo... ¿Tú usas Google? A mí me gusta más Safari.

(El abuelo, atlético en los años que correspondieron, ahora ya sólo se podía desplazar en silla de ruedas, fue por eso, y no otra razón, que no le dio una patada en el culo a su querido nieto. Cuando se es viejo, ciertos deseos son sólo recuerdos.)

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