viernes, julio 01, 2005

Desde hoy.

Desde hoy, mi gran obligación es escribir. Me lo debo a mí mismo y a los que creen en mí. Hay fe.

La vida no es un montaje. Se lee, se siente, se huele. Eres libre, ¿por qué no ocupas tu libertad? ¿Qué te tiene amenazado? Libre y no un rollo de película.

Entonces, como decía, mi gran obligación es escribir. Pero estoy pensando en que hay alguien al final de la escalera.

Hoy me despedí de un gran soldado, un guerrero honorable. Me besó la mejilla, como saludan los rusos a otros rusos, abrazados en actitud de hermanos, uno mayor, otro menor, pero hermanos.

Me despedí de otro guerrero. Uno distante, pero leal si lo eres de vuelta.

Este fue un haiku moderno.

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