El lunes, día antes del civil, hubo relámpagos y truenos. “Así de terrible es la cosa”, dijo un personaje. Como repito una y otra vez, resulta ya agotador escuchar las oscuras, negativas y dolorosas experiencias de otros respecto del estar casado. ¿Nada han aprendido de lo que vivieron como para decir: lo que no debes hacer es ESTO para que todo funcione? ¿Tan rápido te ves derrotado si el amor no funciona dentro del vínculo matrimonial?
No ocurrió lo que auguraban los pesimistas. No hubo tormenta en mi cabeza cuando desperté a dos horas de ir al registro. No sentí ansiedad. Tampoco angustia. Es más, quería casarme.
Me sentía feliz.
Una buena señal para la vida reciente. Y la vida por venir.
Dos anillos para unirlos.
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