sábado, marzo 05, 2005

De terror quería el cuento. Y breve. Filmable.

Abre el plano con un hombre arreglándose una corbata frente a un espejo. Por detrás pasa una mujer que también termina de arreglarse, pero no distinguimos ninguna de las dos figuras.

Lentamente la cámara se desplaza por el pasillo desde la pieza de los padres hacia la pieza de Sofía. Es de noche. La pieza está iluminada únicamente por la luz que proviene del living.

Escuchamos mientras cómo los padres no se deciden a dejarla sola. La cámara sigue acercándose a la cabecera de la cama.

Padre: Mi amor, vamos a estar en el edificio del frente, ella está durmiendo, no le va a pasar nada, está bastante grande ya.
Madre: Pero es que recién nos cambiamos y si yo todavía no me acostumbro a este departamento imagínate ella.
Padre: Si no vamos a esta comida ninguno de los dos va a conseguir pega y nos tendremos que cambiar por cuarta vez y a un lugar más chico.
Madre: Bueno, bueno… ¿Le dejaste tu celular?
Padre: Sí.
Madre: ¿Sabe ella a qué número tiene que llamar?
Padre: Lo sabe mejor que tú o yo.
Madre: Ok. Pero volvemos temprano.
Padre: Prometido.

La cámara llega al rostro de Sofía durmiendo. Entra la figura de la madre y le da un suave beso en la mejilla. Sale de la habitación. Nos quedamos en Sofía.

Madre: Deja la luz encendida.
Padre: Está bien, ahora vamos.

Se escucha como la puerta se abre y se cierra.
Sofía entonces abre los ojos y mira a su alrededor.

Distintos planos de los juguetes en penumbra, algunos de los cuales toman un aire malicioso. Sofía se acurruca más en la cama, escondiéndose con evidente temor.

El silencio sepulta el espacio.

La luz se apaga. La pieza de Sofía queda a oscuras. Escuchamos su respiración agitada. La luz vuelve, pero con una sorpresa: una niña, de camisón de dormir, está sentada al borde de la cama. Sofía abre los ojos, pero no puede hablar.

La niña, con sus brazos lánguidos apoyados en sus rodillas, esconde el rostro con su cabellera.

Niña: A mi también me dejaron sola. También prometieron que volverían.

La niña comienza a girar la cabeza hacia Sofía, pero ella se esconde debajo de las sábanas.

Estamos con Sofía debajo de las sábanas y escuchamos un quedo sollozo.

Sofía: ¿Quién… quién eres? Mis papás van a volver altiro.

De pronto, las sábanas vuelan por los aires y Sofía queda destapada. Reprime un grito. Enciende su lámpara de noche.

Subjetiva frenética desde el POV de Sofía.

Sofía toma el celular que le dejara el padre. Trata de encenderlo, pero no lo logra. Se desespera. Baja de la cama despacio. Recorre el pasillo. No hay nadie. Apresura el paso hacia la puerta de entrada, intenta abrirla. Le resulta imposible. Golpea la puerta.

Plano de la puerta desde el exterior. Vemos que se remece pero no escuchamos los golpes.

Sofía se deja caer al suelo, apoyada en la puerta. Una hoja se balancea frente a ella y cae al piso. Es un dibujo que muestra la fachada del edificio. De una de las ventanas salen intensas llamas rojas y entre las llamas, el dibujo de una silueta de niña. Sofía se incorpora. Vuelve a mirar el dibujo pero ahora está en blanco. Ahora ve una flecha dibujada que indica que avance hacia delante. Cuidadosa, comienza a caminar. Llega al centro del living. El papel tiembla ante las nerviosas manos de Sofía.

La luz se apaga. Sofía grita.

POV de Sofía recorriendo el departamento en penumbras. La luz de velador en la pieza de Sofía se enciende. Ella se queda paralizada mirando. La figura de la niña se desplaza por la pieza. La luz se apaga, se enciende la del living.

Sofía mira la hoja. Escrito vemos, con caligrafía de niña, “SÍGUEME”. Sofía bota el papel. Una nueva luz se enciende en su pieza, ahora con un tono azulado.

Sofía corre hacia la ventana. Alcanza a ver el departamento donde están sus padres.

Vista exterior ventana: vemos a Sofía gritando en silencio.

Sofía se incorpora. No nota que detrás de ella está la niña.

Niña: A mi también me dejaron sola. También prometieron que volverían.

Sofía se gira, cae al suelo, se arrastra y corre hacia su pieza. Cierra la puerta con llave. La luz azul sigue inundando el lugar. Proviene del clóset. Es una luz intermitente. Lentamente, se asoma para mirar. Entra al clóset, como si ahora este fuera un largo pasillo. La puerta se cierra detrás de ella. Pasan unos segundos. La puerta del clóset se abre, pero ya no es “el portal”.

FADE A NEGRO.

La puerta principal se abre. Entran los padres fuera de foco hablando acerca de la reunión.
La cámara se mueve en dirección a la pieza de Sofía mientras los padres no paran de hablar de lo cansados que están, lo aburrido que es fulanito, lo bien que se veía fulanita, etc.

El padre entra a la pieza de Sofía para despedirse. La besa suavemente en el pelo. Sale.
Antes de entrecerrar la puerta, Sofía se da vuelta para quedar iluminada por la luz del pasillo. Pero ya no es ella. Es la niña. Sonríe.

Cuando la luz deja en penumbras la cara de la niña/Sofía escuchamos que dice:

“Prometieron que volverían”.

CORTE A NEGRO.

THE END.

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