Y bien, el tema que nos convoca hoy ha sido tópico de discusión desde la misma era de Cristo; si hubiese vivido un poco más tal vez habría tenido que defenderse a sí mismo, explicar los símbolos -el significado- de su enseñanza y probar en público el poder de hacer milagros.
Sabemos que Jesús pasó por duras pruebas para convencerse de que era el hijo de Dios. Es más que probable que se haya resistido a la responsabilidad de ser el hijo de Dios en la Tierra. Si a uno le dijeran un día, “Eres el hijo de Dios”, la primera reacción es creer que quien te lo dice está loco. Luego, si comenzaran a aparecer señales alrededor tuyo, ángeles y voces, pensarías que tú eres el que está loco.
Es así, que revisando la historia de nuestros genios, tanto literarios, como músicos, matemáticos, físicos, pintores, políticos, etc., descubrimos que casi la totalidad de ellos mantenían cierto rechazo a su condición intelectual superior y sus habilidades sobresalientes. Como si lucharan contra el don que les fue concedido. Como luchó Cristo. Quién sabe, quizás Dios elige de tanto en tanto entre las almas por nacer unas cuantas que lleguen a la Tierra y carguen consigo algo de la sabiduría del ser supremo que supuestamente nos creó a imagen y semejanza.”
La Suprema Conciencia. (fragmento)
Arcángel Morón.
Ediciones SBF.
Arcángel Morón.
Ediciones SBF.
2006.
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