Honey
no es el azar de tus pupilas el juego que contemplo.
Apostar la vida
es la ficha que me pides:
honey,
estoy dispuesto.
Tus tibias manos,
el labio trémulo,
la sonrisa expectante,
honey,
tú tienes más claro que yo el precio de lo que apuesto:
y voy y lanzo los dados.
(Espero
la casa
gane.)
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