Mis últimas palabras.
Anoche mi cuerpo se sacudió
eléctrico y estocado por el infierno:
pero si no es nada
con dos pastillas cada 12 horas te mejoras
en 10 días.
¿Y la tristeza?
¿En qué la sumerjo?
¿En anís y whisky?
¿En oraciones?
¿En comprar lo que no puedo?
Como el tibio
cercano
amor
que respira sobre mi cuello:
Temblé
como ciudad en ruinas
y ella fue sobreviviente:
me quedó mirando hasta que caí dormido.
Amor...
Cercano...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario