miércoles, septiembre 30, 2009
sábado, septiembre 26, 2009
Entrada 1.148
y yo pienso:
quizás algunas -bastantes- decisiones tomadas a lo largo de mi vida estuvieron mal.
y yo digo:
pensar que las opciones que escogiste fueron erradas, es lo mismo que pegarse un tiro en la cabeza.
y qué hago:
anotar mentalmente "nunca comprar un arma".
no vale la pena.
quizás algunas -bastantes- decisiones tomadas a lo largo de mi vida estuvieron mal.
y yo digo:
pensar que las opciones que escogiste fueron erradas, es lo mismo que pegarse un tiro en la cabeza.
y qué hago:
anotar mentalmente "nunca comprar un arma".
no vale la pena.
viernes, septiembre 25, 2009
jueves, septiembre 24, 2009
jueves, septiembre 17, 2009
más corazón, menos, (bastante menos) intelecto.
estoy pensando que pienso mucho a la hora de decidir qué postear en mi propio blog.
antes, en los inicios del mismo, simplemente me sentaba y fuera lo que fuera estuviese viviendo o me hubiese pasado en el día, lo plasmaba en breves -a veces no tanto- párrafos.
pero ahora el cerebro lo tengo como chicle, como si alguien a la lejanía mirara con binoculares a través de mi cráneo y examinara mis neuronas, inspeccionando si escribiré algo inteligente, algo trascendente, algo que valga la pena.
¿pero qué vale la pena, en realidad, más que ser sincero conmigo mismo y mis propias palabras y rescatar la sensación al abrir este blog de que sería un espacio para librarme justamente del innecesario pensar sobre mis pensamientos?
la idea, al fin y al cabo, es compartir.
dejar -en un tono ya más profundo- una bitácora que espero llegue a los ojos de hijos y nietos, que sepan cómo sentía y qué visión del mundo tenía el Matías en los inicios del siglo XXI.
es definitivo:
no dar más vueltas de trompo buscando postear sobre cualquier asunto intentando imprimir una literatura que me lleve al Nobel o, al menos, al Pulitzer.
para qué.
voy a recuperar la escritura desde la simpleza, no una complejidad que nadie me pide y que me impide finalmente ser honesto con la real meta de La Vida Reciente: ser un testamento de lo que fui, soy y seré para las generaciones futuras que carguen con mi sangre y apellido.
he dicho.
antes, en los inicios del mismo, simplemente me sentaba y fuera lo que fuera estuviese viviendo o me hubiese pasado en el día, lo plasmaba en breves -a veces no tanto- párrafos.
pero ahora el cerebro lo tengo como chicle, como si alguien a la lejanía mirara con binoculares a través de mi cráneo y examinara mis neuronas, inspeccionando si escribiré algo inteligente, algo trascendente, algo que valga la pena.
¿pero qué vale la pena, en realidad, más que ser sincero conmigo mismo y mis propias palabras y rescatar la sensación al abrir este blog de que sería un espacio para librarme justamente del innecesario pensar sobre mis pensamientos?
la idea, al fin y al cabo, es compartir.
dejar -en un tono ya más profundo- una bitácora que espero llegue a los ojos de hijos y nietos, que sepan cómo sentía y qué visión del mundo tenía el Matías en los inicios del siglo XXI.
es definitivo:
no dar más vueltas de trompo buscando postear sobre cualquier asunto intentando imprimir una literatura que me lleve al Nobel o, al menos, al Pulitzer.
para qué.
voy a recuperar la escritura desde la simpleza, no una complejidad que nadie me pide y que me impide finalmente ser honesto con la real meta de La Vida Reciente: ser un testamento de lo que fui, soy y seré para las generaciones futuras que carguen con mi sangre y apellido.
he dicho.

